miércoles, 23 de enero de 2013

Una vez.


Una vez tuve un juguete, uno no tan grande pero lo suficiente para hacerme feliz, para llenarme y para no pensar en nada sólo en jugar con él y en no perderlo.

Una vez tuve un buso, uno caliente, tibio, no me lo quitaba ni para dormir, a veces para que lo lavaran, me lo ponía una y otra vez, parecía una fotografía, siempre andaba con él, un día llegué del colegio y no encontré, desapareció.

Una vez salí a un parque con mi madre, aún existe, es un parque de diversiones, recuerdo que me subí en una silla voladora, fue la mejor sensación hasta entonces, podía volar, fue realmente maravilloso, después de mucho tiempo de no ir, me monte de nuevo, no sentí lo mismo.

Una vez salimos de mi ciudad, íbamos en bus, era de madrugaba, me encanta el olor de la madrugada, no sé para dónde íbamos, ni que íbamos a hacer. A veces no me gusta saber para poderme sorprender.

Una vez me quise esconder, no me encontraron, ni yo me encontré. Llore y llore, al rato mi madre me encontró. Ahora no quiero ni yo encontrarme.

Una vez subimos a un quinto piso, no es gran altura, pero le temo a las alturas, me acerque un poco a la ventana y mire hacia abajo. Conocí lo que era el miedo.

Una vez me dijeron que nos teníamos que ir a otro lugar, a otra ciudad, era pequeño y no puse resistencia. Luego supe lo devastador que puede ser un adiós.

Una vez me encontré completamente sólo, sin nada, sin nadie. Entonces recordé un regalo que me hicieron de pequeño el cual no me agrado, lo busque y lo encontré, era un libro. No tuve más amigos.

Una vez me enseñaron que la vida es difícil, pero también que la vida difícil es bella por el simple hecho de ser vida.

Una vez bese a una chica, era pequeño no sabía lo que hacía, pero ella me sonrió.

Una vez tuve un accidente en un pie, me gusta jugar fútbol, me dijeron que quizás me quitaran una parte de él. Supe que en algunos momentos la vida es una mierda, pero la esperanza siempre la debo de llevar puesta. No me quitaron nada y quede perfectamente.

Una vez me dijeron que me querían, al otro día ni me volteo a mirar esa chica.

Una vez me preguntaron quién me gustaba, respondí que me gustaba la fruta. Nunca tuve sentido del humor.

Una vez tocaron el tema del amor, les dije que no sabía que era, que siempre tuve experiencias pasajeras que aprendí de ellas pero que no me significaron gran cosa, que creía que nadie me fuese a querer y a enseñar que era eso que ellos llaman amor. Conocí el silencio.

Una vez la mire, me gustó, luego la vi imposible.

Una vez le hable y me gustó, me sentí yo. No deje de hablarle aun cuando no lo hacia.

Una vez la mire fijamente a los ojos. Supe ver la vida con la claridad de ellos.

Una vez caminaba como si nada con alguien y me la encontré, le hable, le ayude, le sonreí, me avergoncé. Nos despedimos. Quizás en ese momento me enamoré.

Una vez de repente entró en mi pensamiento, desde entonces no quiso salir de ahí, ni quise que se fuera.

Una vez escuché su voz por teléfono, luego la escuche más detenidamente cuando me hablaba. No conozco sonido más dulce que el de su voz.

Una vez supe que era amar y que era querer. Supe que ella era todas mis veces y mis besos, supe que siempre hay una primera vez y que aún me faltan muchas primeras veces, todas con ella.

Una vez llegué a ella, desde entonces se me olvido que es irse.



Muchas cosas y personas han hecho parte de mi vida en algún momento, pero la mayoría se han ido. Una vez ella también entró a mi vida, pero con una gran diferencia: Ella no sólo hace parte de mi vida, ella hace mi vida.

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